Llegamos al final, este estudio que en teoría es muy fácil, se transformado en una hipótesis viable, por lo tanto se trata de experimentar para validar o, en su caso, refutar. Eso es lo principal, para que una hipótesis sea científica, debe existir la posibilidad que sea refutada, de lo contrario es una creencia más, como las que se usan en las religiones. Aunque su apariencia sea muy científica, si logra explicar todo, en toda circunstancia, no nos sirve.
Aquí hay hechos para los cuales no importa si los creen o no, así sucede y volverá a suceder en condiciones idénticas, es replicable. Comenzamos con esto, en 1982 Alain Aspect demostró empírica y matemáticamente el tan controvertido Entrelazamiento Cuántico, moviendo solo una partícula subatómica, hizo que cientos de ellas se movieran de manera idéntica.
Esto habilitó a David Bohm a expresar un hipótesis que hasta hoy no pudo ser refutada: No hay una partícula A, conectada en tiempo cero a otra B, que puede muy lejos mediante un haz de energía más rápido que la luz, lo que sucede es que ya estaban conectadas desde siempre, todo en este universo está conectado con todo.
A lo largo de la historia, la humanidad ha buscado soluciones para los problemas que todos padecimos alguna vez: ¿Cómo vivir esta vida de manera plena? ¿Cómo trascender la modalidad de solo “sobrevivir” y alcanzar un estado de abundancia y tranquilidad?
Desde las enseñanzas espirituales hasta las teorías científicas, cientos de propuestas han intentado ofrecer una guía. Sin embargo, es en el siglo XXI, como vemos y, en especial este año, cuando la mecánica cuántica realmente “estalla” como un campo que no solo está revolucionando nuestra comprensión del universo, sino que también ofrece una nueva perspectiva sobre la naturaleza de la realidad y la conciencia.
Mi hipótesis se basa en el entrelazamiento cuántico, un fenómeno que sugiere que todo está conectado, y que, si logramos aplicarlo a nivel “masa crítica,” podríamos encaminarnos de manera firme, hacia una nueva humanidad.
Si extrapolamos este concepto a nivel humano, podríamos decir que todo está conectado con todo, y que la separación que percibimos entre individuos es una ilusión. Esta idea no es nueva ni en la filosofía y en la espiritualidad. Desde el Hinduismo antiguo, se ha afirmado que la separación es una ilusión y que, en realidad, somos “uno”.
Sin embargo, es la mecánica cuántica la que ofrece una base científica para esta intuición. Si todo está entrelazado, entonces la conciencia individual no está realmente separada de la conciencia colectiva. Esto tiene implicaciones profundas para cómo entendemos nuestra existencia y nuestra capacidad de influir en el mundo.
Por su parte, el Dr. Jacobo Grinberg, fue pionero en la investigación de la conciencia y su relación con la física cuántica. Grinberg llevó a cabo experimentos con parejas o personas que ya se querían demostrando que podían sentirse sin usar ninguno de los cinco sentidos. En su experimento del “Potencial Transferido”, Grinberg observó que los cerebros de dos personas entrelazadas se comportaban como uno solo, en dos lugares separados. Este fenómeno sugiere que la conexión entre individuos va más allá de lo físico y que, en un nivel cuántico, nuestras mentes pueden sincronizarse.
Grinberg llevó este experimento más allá, trabajando con grupos de hasta cinco personas, y observó que la sincronización cerebral se extendía a todos los miembros del grupo. Esto sugiere que, en condiciones adecuadas, la conciencia individual puede fusionarse en una conciencia colectiva, donde las mentes funcionan como una sola entidad. Esto es crucial para nuestra hipótesis: si podemos replicar este fenómeno a una escala mayor, podríamos desencadenar un cambio colectivo en la conciencia humana.
La idea de una masa crítica es fundamental en esta hipótesis. En física, la masa crítica es la cantidad mínima de material necesaria para que ocurra una reacción en cadena. En el contexto de la conciencia, la masa crítica se refiere al número mínimo de personas que deben alcanzar un cierto nivel de conciencia para que este cambio se extienda a toda la humanidad. Este concepto ha sido explorado en muchas teorías, pero fue sobre todo el trabajo del Dr. John Healing, muy conocido en el contexto de la meditación trascendental y la física de la conciencia quien realizó el aporte más importante en este concepto de “masa crítica”.
Si aplicamos este concepto al entrelazamiento cuántico, podemos imaginar que un grupo de personas que logren sincronizar sus mentes, como en los experimentos de Grinberg, podría desencadenar un efecto dominó en la conciencia colectiva. Este grupo actuaría como una masa crítica, y su conexión cuántica se extendería a toda la humanidad. Aquellos que estén preparados para recibir esta nueva frecuencia de conciencia experimentarán un cambio profundo en su percepción de la realidad.
El “salto cuántico” al que nos referimos no es solo un cambio individual, sino un cambio colectivo en la forma en que la humanidad percibe y experimenta la realidad. Este salto implicaría trascender el modo “supervivencia”, basado en el miedo y la separación, y entrar en un estado de unidad sin precedentes.
Muy harto de esperar que venga alguien a poner las cosas en su lugar o que algún fenómeno a escala universal nos catapulte a otra dimensión, afirmo que lo mismo se puede lograr con un trabajo coordinado, sincronizado y debidamente planificado. En este nuevo paradigma, la muerte no sería vista como un final, sino como una liberación, y el “aquí y ahora” se convertiría en el foco principal de toda la existencia.
Este cambio no sería el resultado de una revolución externa, sino de una transformación interna y profunda, como corresponde al trabajo Conciencial, mismo que se extiende a las otras “partes de nosotros mismos” a través del Entrelazamiento cuántico.
Aquellos que logren sincronizar sus mentes con la masa crítica actuarían como catalizadores, transmitiendo esta nueva conciencia al resto de la humanidad. Este proceso no sería lineal, sino exponencial, ya que el entrelazamiento cuántico opera más allá del tiempo y el espacio.
La hipótesis de que el entrelazamiento cuántico puede ser la clave para un gran cambio de la humanidad puede parecer muy audaz, pero está respaldada por la ciencia y la filosofía. El trabajo del Dr. Jacobo Grinberg, los experimentos del Dr. Piotr Gariaev, que fundamentan totalmente sus ideas, nos muestran que la conexión entre mentes es posible, y que esta conexión puede extenderse a grupos más grandes. Si logramos alcanzar una masa crítica de personas que sincronicen sus mentes, podríamos desencadenar un cambio profundo en la conciencia colectiva.
El camino hacia este salto cuántico comienza con cada uno de nosotros y nuestro trabajo interior, luego si logramos sincronizar nuestras mentes y corazones, partiendo de la base que ya todo está conectado con todo, podríamos ser los catalizadores de un cambio que transforme no solo nuestras vidas, sino el destino de toda la humanidad.