PROBLEMAS GlOBALES A CAUSA DEL USO EXCESIVO DE LAS INTELIGENCIAS ARTIFICIALES

Por: Carlos Delfino

La irrupción de las inteligencias artificiales (IA) en diversos sectores, ha desencadenado un amplio debate sobre sus implicaciones, especialmente en el ámbito industrial y el educativo. Los sistemas educativos de por sí, no sirven para aprender a vivir, con esta nueva realidad no servirán en absoluto.

Existen dos problemas gigantescos, entre muchos otros, que surgen en este contexto: en primer lugar, la creciente demanda de energía eléctrica impulsada por el uso de las tecnologías de IA. Sin energía eléctrica, volveríamos a la edad de piedra. Somos 100 por ciento dependientes de su uso.

En segundo lugar, el efecto negativo que estas herramientas pueden tener en la creatividad y la voluntad de trabajo y aprendizaje, en los ya inútiles sistemas educativos. Personalmente, como profesor universitario, una de las causas que me llevó a renunciar a mis cátedras e incluso a mis cargos directivos en el sistema educativo oficial, fue la escandalosa inutilidad de los planes de estudio que yo mismo había realizado, con los requerimientos de la autoridad educativa del gobierno. En los últimos tiempos, cuando me preguntaba un alumno ¿Y esto para que me sirve? La respuesta era ¡En tu vida, para nada! Pero lo tienes que saber o no apruebas.

Las tecnologías que utilizan las IA, a pesar de sus beneficios, requiere una enorme cantidad de energía eléctrica para su funcionamiento. Los algoritmos complejos, por ejemplo en los modelos de aprendizaje profundo, demandan potentes servidores que consumen grandes cantidades de energía. Este fenómeno no solo incrementa la huella de carbono, sino que también genera una presión adicional sobre los recursos energéticos existentes.

En un mundo donde la sostenibilidad y la reducción del consumo energético son prioridades, el aumento de la demanda por parte de sistemas de IA, hace que el equilibrio entre tecnología y medio ambiente, actualmente esté en la “cuerda floja”, es más, ya está sucediendo en algunos países, el problema es cuando se transformará en un fenómeno planetario, muchos se preocupan por las eyecciones solares y no ven ni saben lo que tienen a su alrededor. Si bien es cierto que las IA están diseñadas para optimizar procesos y generar eficiencias en muchas áreas, su expansión super rápida, puede llevar a un consumo insostenible, exacerbando problemas ambientales en lugar de solucionarlos.

De igual forma, la pavorosa erosión de la creatividad en las personas, no solo estudiantes, muchos opinan en redes sociales sin haber escrito ni una palabra, otros están ganando dinero con lo productos que les hacen y diseñan las IA, de principio a fin.

Desde la perspectiva educativa, el uso de IA plantea otro problema significativo: la potencial disminución del pensamiento crítico y la nula motivación para que el escrito o incluso la narrativa de un discurso, provengan de la propia esencia, del corazón que, comprobado está desde hace 30 años, se conecta a los campos sutiles de la conciencia de manera directa (Rollin McCraty del HeartMath Institute.

Escritos fríos, sin Alma totalmente vacíos y por tanto también inútiles o la charlatanería sin fundamentos, inventos y ocurrencias. Solo les importa el dinero de la gente, una actividad de baja vibración, materialista ¡Y lo logran con sumo éxito! Se llenan de dinero. Pero es un éxito obvio y vacío, en una sociedad en pleno proceso de aumento de la superficialidad, facilísimo y falta de sensibilidad Esas ocurrencias atraen más que la conciencia misma que, por supuesto, no se puede percibir.

He observado estos casos, en grandes cantidades, en los últimos años. En las universidades, muchos que anteriormente dedicaban tiempo y esfuerzo a sus tareas académicas, ahora recurren a las herramientas de IA como atajo para evitar realizar el trabajo por sí mismos. Esta dependencia es perjudicial, ya que anula su capacidad de pensar críticamente y de desarrollar soluciones creativas, sensibles y originales.

La educación, debería buscar fomentar la creatividad y la resolución de problemas, habilidades que son vitales no solo en el ámbito académico, sino también en la vida personal y profesional. Con las mejores IA, gratis y sin límites en su uso, ese ideal antes era difícil ¡Ahora es imposible! ¿Se puede llegar, al menos a comprender qué estamos viviendo hoy, problemas mucho más graves que jamás en la historia? Las IA podrían despertar, algo así como una copia de conciencia de sí misma, pero eso es todo. Corazón, alma, empatía, compasión y misericordia, jamás las tendrán ¿O será un instrumento más para la creciente “Deshumanización”? Lo estoy preguntando y no afirmando, es muy diferente.

Además, estas tendencias pueden llevar a que los más jóvenes se conformen con un aprendizaje superficial. Al buscar respuestas rápidas en lugar de involucrarse en el proceso de aprendizaje, se establece un ciclo vicioso donde la superficialidad predomina sobre la profundidad. Muchos estudiantes se ven atraídos por la aparente facilidad que les proporciona la IA, lo que puede resultar en un aprendizaje tóxico y en una falta de preparación para los retos del mundo real.

Frente a estos problemas, es crucial considerar enfoques que puedan mitigar los efectos negativos. En primer lugar, la promoción de una educación crítica y reflexiva que incorpore el uso responsable de la IA es fundamental. Las instituciones educativas deberían enfatizar la importancia de la creatividad y la necesidad de expresarse a partir de la esencia de cada quien, misma que habita en el corazón.

De la misma manera, se debería desafiar a los jóvenes primero a utilizar la tecnología no como un reemplazo de su esfuerzo, sino como una herramienta que complemente su aprendizaje. Esto implica desarrollar programas que incentiven el pensamiento crítico y ayuden a trabajar de manera consciente y con la capacidad de resolver problemas de la manera necesaria y no la que me regala rápidamente la IA.

Además, la integración de proyectos que aborden el uso sostenible de la energía y el impacto ambiental de la tecnología podría no solo sensibilizar a los estudiantes sobre la necesidad de un uso responsable de la IA, sino también empoderarlos para tomar decisiones informadas en su futura vida profesional y también decisiones con corazón, empatía y compasión.

Finalmente, fomentar un entorno educativo que valore el esfuerzo personal y las habilidades interpersonales es igualmente esencial. Las competencias blandas, como la comunicación y el trabajo en equipo, son habilidades que la IA no puede replicar y que son cada vez más valoradas en el mercado laboral.

En conclusión, la presencia de la IA en la educación trae consigo problemas enormes en términos de sostenibilidad y desarrollo de la creatividad y la SENSIBILIDAD. Si bien es innegable que estas herramientas pueden facilitar el aprendizaje, es necesario establecer un enfoque equilibrado que preserve los ideales más profundos en el proceso educativo y promueva un uso responsable y consciente de la tecnología. La clave estará en formar un nuevo paradigma educativo que combine el aprovechamiento de la IA con el fomento de la creatividad, la sensibilidad humana y la responsabilidad social.

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