LA TEORÍA DE LA INFORMACIÓN INTEGRADA Y LA CONCIENCIA INFINITA

Durante los últimos meses del año pasado y lo que va de este, hemos dedicado numerosos escritos al tema del entrelazamiento cuántico, pero hoy abordaremos la información integrada, que no es de menor importancia respecto a lo anterior.

El entrelazamiento cuántico ha ganado gran popularidad debido a los logros alcanzados en el área, como la teletransportación de fotones entrelazados a través de fibras ópticas. Estas fibras, que ya están instaladas y llegan a la mayoría de los hogares de usuarios de Internet, representan un proceso muy prometedor para el futuro de la computación cuántica.

Por otro lado, al menos al principio, se logró una amplia difusión gracias a las investigaciones de la Universidad de Shanghái, donde se correlacionaron numerosos entrelazamientos con la presencia de la conciencia. Recordemos que, gracias a los trabajos de Stuart Hameroff y Roger Penrose, hemos podido estudiar la frecuencia de la conciencia en el cerebro humano, que se encuentra en los microtúbulos del esqueleto neuronal.

Sin embargo, existe una tendencia a pensar lo contrario: se hipotetiza que los entrelazamientos cuánticos generan conciencia. La realidad es que comienzan a observarse grandes cantidades de entrelazamientos cuánticos en el cerebro, debido a la presencia de la conciencia, que es la gran manifestadora de todo lo que existe en el cosmos.

La brillante teoría de Giulio Tononi sobre la información integrada plantea una visión diferente. Parte de la premisa de que en todo lo manifestado existe conciencia en diferentes niveles. Así, a mayor información integrada, mayor nivel de conciencia. El desafío es desarrollar un algoritmo que sea lo suficientemente complejo y completo para poder medir la cantidad de información integrada en cualquier sistema.

Este camino, que busca mostrar y demostrar la única conciencia no creada y omnipresente a la comunidad científica, puede resultar complicado desde el punto de vista matemático. Sin embargo, con apoyo, se podría avanzar más rápidamente hacia la confirmación de lo que podría considerarse la “hipótesis de todas las hipótesis.” Esta misma conciencia, que no fue creada, está compuesta de energía e información, cuya naturaleza es la transformación; por lo tanto, todo lo que existe también se compone de energía e información, significando que ¡todo es la única conciencia!

Esto lleva a preguntarnos: ¿tenía razón el panpsiquismo? ¡Por supuesto! Solo debemos sustituir el término ‘conciencia’ por ‘mente infinita’ y entonces comprenderemos que “Todo es mente.” Este enunciado resonará en muchas personas, y vale la pena investigar su origen; el resultado puede resultar impresionante.

Esa inmensa totalidad, compuesta de energía e información, es la conciencia. Cuando Tononi presentó su teoría en 2004, sabía lo que estaba haciendo, y hoy se le llama el “paradigma matemático de la conciencia.”

En contraste, el paradigma que comienza con Penrose está en auge y se conoce como el “paradigma cuántico de la conciencia.”

Desde nuestra perspectiva, ambos paradigmas —el cuántico y el de Tononi— son válidos, aunque sus postulados son contradictorios hasta que haya una demostración definitiva. En el paradigma cuántico, se sostiene que los procesos a escala subatómica generan la conciencia como un epifenómeno de la evolución neuronal.

En contraste, la teoría de Tononi propone que “todo es conciencia” en diferentes niveles, los cuales se pueden medir por la cantidad de energía integrada. Un alumno me preguntó una vez, ¿qué es la información integrada? Lo ejemplifiqué pidiéndoles que realizaran un trabajo grupal donde deberían llegar a una conclusión colectiva.

Esa conclusión es pura información integrada; no pertenece a dos o tres participantes, sino al grupo entero, demostrando así que “el todo es más que la suma de sus partes.” Por tanto, la información que surge de la integración de muchas conciencias individuales es, efectivamente, información integrada (TII).

El resultado final de este debate, desde nuestra óptica, es que la mayor pregunta permanece sin respuesta: ¿por qué no contamos con el algoritmo que mida la cantidad de información integrada? ¡No lo tenemos! O aún no se ha logrado, lo que parece muy dudoso, ya que esto implica el trabajo de brillantes matemáticos, o podría ser que esté oculto de la opinión pública.

¡No será la primera ni la última vez! Recordemos que el “entrelazamiento cuántico,” centro de la teoría en discusión, estuvo en el limbo durante 40 años. Alain Aspect y su equipo lo resolvieron en 1982, y en 2022 estos mismos científicos recibieron el Nobel, ahora sí lo necesitan, el desarrollo de la computación cuántica no va a esperar.

En contraste, la TII, que se propone como un sistema para medir niveles de conciencia, parece ser una cuestión que puede esperar.

En pocas palabras la TII nos lleva hacia una nueva forma de entender el cosmos y nuestra existencia, sugiriendo que la conciencia es la entidad fundamental detrás de todo. Con el auge del “paradigma cuántico de la conciencia” es el momento justo para indagar en cómo estos conceptos se van resolviendo y cómo podrían cambiar la comprensión de la mente y de la realidad a nivel global.

Carrito de compra