Publicado
en la revista MENTE ALTERNATIVA.
¿Tiene sentido preguntarse sobre el origen de la conciencia? El catedrático y fundador de Vida Coherente S.C., Carlos Enrique Delfino, explica por qué la conciencia no se deriva de ningún proceso, como afirman la ciencia oficial, pues no existe nada que sea anterior a ella, de allí que es imposible definirla y, de ser así, afuera del cerebro debería haber objetos, lo cual es rotundamente negado por la neurociencia de vanguardia. Como afirma el catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, Francisco J. Rubia Vila: “El mundo es una proyección cerebral, afuera hay una serie de energías que inciden sobre los receptores de los sentidos, los cuales convierten esas energías en electricidad, único lenguaje que entiende el cerebro. Pero no hay objetos allí afuera, es el observador quien crea su propia realidad.” [9] Esta afirmación es admitida por la mayoría de los neurocientíficos, aunque sin duda hay muchos todavía estén anclados a la antigua programación materialista y buscando siempre hipótesis que chocan de frente contra la realidad comprobada de que no existen objetos fuera del cerebro. Pero, como ya sabemos, nuestra actividad con la conciencia no es analizarla, sino expandirla todo lo posible en esta y en cualquier otra frecuencia de realidad donde tengamos la oportunidad de tener experiencias.
El mundo es una proyección cerebral
Como muchos saben, los doctores Stuart Hameroff y Sir Roger Penrose, trabajaron desde 1996 en una teoría cuántica de la conciencia [1], según la cual ésta se encuentra contenida en estructuras denominadas microtúbulos que componen el citoesqueleto de las neuronas cerebrales.
Hasta allí todo está bien. Pero el oficialismo, siempre malicioso y atento, aprovechó un par de revisiones que realizaron Hameroff y Penrose en 2014, cuando se dio a conocer el trabajo del Dr. Anirban bandyopadhyay, [2] para divulgar artículos de este tipo: “Descubrimiento de vibraciones cuánticas en microtúbulos dentro de las neuronas respalda controvertida teoría de la conciencia” [3] (como epifenómeno de la evolución neuronal).
Es decir que interpretan todo el trabajo de más de 20 años de Hameroff-Penrose, como una prueba que la conciencia deriva, desde el nivel más profundo, desde las actividades a escala de Planck, dentro de las neuronas del cerebro.
Esas conclusiones apresuradas no son válidas, ya que lo mismos autores hasta hoy se siguen preguntando:
«¿Ha evolucionado la conciencia a partir de los cálculos complejos entre las neuronas del cerebro, como la mayoría de los científicos afirman? ¿O la conciencia, en cierto sentido, ha estado aquí todo el tiempo, como sostienen los enfoques espirituales?», se preguntan Hameroff y Penrose en la revisión actual.
«Esto abre una potencial caja de Pandora, pero nuestra teoría toma en cuenta estos dos puntos de vista, lo que sugiere que la conciencia deriva de las vibraciones cuánticas en los microtúbulos, polímeros de proteína dentro de las neuronas cerebrales, que gobiernan tanto las funciones neuronal como la sináptica, y conectan los procesos cerebrales con los procesos de auto-organización a la escala fina, la estructura cuántica ‘proto-consciente «de la realidad.»[4]
Otro descubrimiento reciente es el de una sencilla proteína llamada tubulina. [5] Esta proteína, junto con la anestesia, establece interacciones cuánticas débiles con frecuencias de oscilación específicas que, sencillamente, no permiten que actúe el proceso llamado Reducción Objetiva Orquestada. Este proceso es análogo al colapso de función de onda en el experimento de la doble rendija. Es decir que esas neuronas quedan temporalmente inhabilitadas para interactuar con la conciencia.
Lo que nunca explican, pues no todos lo tienen resuelto, es el llamado: “proceso de medición cuántica.” En mecánica cuántica el proceso de medición altera de forma incontrolada la evolución del sistema. Constituye un error pensar dentro del marco de la mecánica cuántica, que medir es revelar propiedades que estaban en el sistema con anterioridad.
Actualmente, la misma mecánica cuántica está tomando distancia de este tipo de descubrimientos tan impresionantes como la conciencia humana, para investigar ahora los límites del pensamiento humano (epistemología) y no la esencia de la realidad (ontología). El catedrático de la universidad de Barcelona, José Ignacio Latorre [6], afirma que:
“Si en cuántica el hecho de observar afecta y transforma lo que observo, entonces tengo que plantearme qué significa saber o conocer, porque no conozco la realidad, en verdad la perturbo, luego mi conocimiento no es el de la realidad es de otra cosa. Por lo tanto, no existe la posibilidad de saber cómo es la realidad desde la cuántica.”
Fue desde allí, en 2017, que empezamos a utilizar con éxito el PARADIGMA HOLOGRÁFICO de la física, que parte de que todo lo dividido es una ilusión, mientras que es la verdadera realidad. Fue David Bohm, refiriéndose al fenómeno del entrelazamiento de la Totalidad de partículas subatómicas, quien propuso una hipótesis que hasta hoy sigue firme. Todo ya estaba conectado desde siempre, TODO ES UNO. [7]
Ahora bien: ¿Esas interpretaciones materialistas, como las del artículo antes mencionado [3], tienen algo que ver con el origen de la conciencia? ¡No! El mismo Sir Roger Penrose en su última visita a México (2015) admitió, frente a los periodistas que su hipótesis con Hameroff, verificada otra vez en 2014, a partir del descubrimiento de vibraciones cuánticas a temperaturas cálidas [8], puede servir para fundamentar las dos opiniones contrarias sobre el origen de la conciencia y la realidad:
- La conciencia es un fenómeno de las neuronas y
- toda la realidad es un fenómeno de la conciencia.
La conciencia no se deriva de ningún proceso, como afirma ese titular periodístico, pues no existe nada que sea anterior a ella, de allí que es imposible definirla y, de ser así, afuera del cerebro debería haber objetos, lo cual es rotundamente negado por la neurociencia de vanguardia.
“El mundo es una proyección cerebral, afuera hay una serie de energías que inciden sobre los receptores de los sentidos, los cuales convierten esas energías en electricidad, único lenguaje que entiende el cerebro. Pero no hay objetos allí afuera, es el observador quien crea su propia realidad.” [9]
Esta afirmación es admitida por la mayoría de los neurocientíficos, aunque no tenemos dudas que muchos todavía estén con la antigua programación materialista y buscando siempre hipótesis que chocan de frente contra la realidad comprobada de que no existen objetos fuera del cerebro.
No se trata solo de aprender “cosas de la ciencia”, hay que tomarse el trabajo de revisar la historia y evolución del conocimiento humano. son muy pocos los que saben que ya en 1927 el mismo Einstein dijo: “Cualquiera que esté seriamente involucrado en la búsqueda de la ciencia se convencerá que hay un espíritu que se manifiesta en las leyes del universo, un espíritu inmensamente superior al ser humano.”
Ese espíritu no es una fuerza como la gravedad, electromagnetismo o las fuerzas nucleares débiles o fuertes. El espíritu es conciencia. El universo está vivo y nosotros somos parte de ello.
Fue durante la 5ta conferencia de Física en ese Congreso, que una nueva propuesta del principio mente sobre materia fue admitida para tratar de resolver el inexplicable comportamiento en mecánica cuántica.
Con las mentes más brillantes de los físicos asistentes tales como Einstein, Pauli, Dirac, Bohr, Heisenberg, Broglie, Schrödinger solo por mencionar algunos, el tema conciencia estuvo presente.
La élite escondió la verdad acerca de lo que se reveló en ese congreso de 1927 en Bruselas Bélgica, porque sabían que no podrían después controlarnos si conocíamos los verdaderos poderes de nuestras mentes y de la conciencia colectiva.
Pero, como ya sabemos, nuestra actividad con la conciencia no es analizarla, sino expandirla todo lo posible en esta y en cualquier otra frecuencia de realidad donde tengamos la oportunidad de tener experiencias.
Expandir la conciencia es el único camino posible para descorrer el velo de la ilusión. El conocimiento que debemos incorporar a nuestra vida para expandir la conciencia es el de la experiencia, el vivencial, y es imposible avanzar por ese camino si mantenemos los bloqueos energéticos y no atendemos sus causas y las consecuencias a nivel de la salud física que, tratadas a tiempo, ayudan reestablecer la salud y la vida coherente, junto al proceso de manifestación consciente (existen manifestaciones de las cuales no somos conscientes). El proceso para que se ancle un bloqueo en nuestro campo energético, sus consecuencias para la vida y, en especial, nuestra vida consciencial, lo describiremos en otra instancia a la cual todos pueden asistir.
El corazón
Las neuronas del corazón son del mismo tipo que las del cerebro, la gran diferencia es la cantidad, mientras que en el cerebro tenemos 90 mil millones de neuronas, en el corazón apenas tenemos 40 mil.
Pero la enorme importancia de este órgano no tiene mucho que ver con su pequeño “cerebrito”. Lo impresionante es que despliega un campo electromagnético toroidal de cinco metros de diámetro que nos envuelve totalmente y determina, en gran medida, el correcto funcionamiento de todos los procesos psicofisiológicos del individuo.
De igual forma, los intestinos con sus 100 millones de neuronas también juegan un rol importante y los tres: cerebro, corazón e intestinos, conforman una unidad íntimamente conectada por el nervio vago.
La razón por la cual hay muchos científicos que señalan la importancia del corazón, incluso por encima del cerebro, se basa precisamente en la afirmación que Rollin Mc. Craty, el Director de Investigación del Instituto Matemáticas del Corazón en California, EE.UU., publicó en 2005 en su libro Corazón Intuitivo [10].
Allí fue donde, por primera vez, se dio a conocer el secreto de todos sus años de investigación, que le otorgan al corazón el rango de “Director de la Orquesta” entre todos los procesos vitales que comienzan desde la energía. El corazón el enlace directo entre las modalidades de energía de esta frecuencia de realidad y la misma Conciencia Absoluta:
“El corazón se conecta de manera directa a una inteligencia superior, más allá del tiempo y el espacio donde todas las cosas son posibles.”
Este descubrimiento fue posible gracias a la constante actividad de investigación experimental del Matemáticas del Corazón (Heart Math). Simplemente se hizo evidente que la forma gráfica estándar de un electrocardiograma conectado a una persona sana, sometida a una imagen de alto impacto emocional, comenzaba a funcionar varios segundos antes que la imagen apareciera en pantalla.
Como sucedía constantemente, hubo que admitir que el corazón siente y pre-siente con una exactitud impecable. Entonces: ¿Qué o quién es la inteligencia superior que trasciende el continuo tiempo/espacio?
Desde nuestra cosmovisión, la respuesta es: la Conciencia Absoluta omniabarcante.
¿Y por qué es superior si ya hemos dicho que nosotros somos la única conciencia que existe en el Omniverso?
Aunque la mayoría no lo recuerden (aunque hay muchos que sí), todos nosotros decidimos circunscribirnos a una experiencia en particular por voluntad propia, con lo que perdimos la facilidad de acceder al panorama total. Por eso tenemos más claro el panorama de nuestra circunscripción en particular. Sin embargo, podemos acceder con relativa facilidad a ´todo el panorama´ simplemente preguntando e intuyendo la respuesta desde el mismo corazón, siempre y cuando esté en coherencia.
¿Y qué es realmente la coherencia?
Son muchos los que hablan de ella, pero no todos conocen su verdadero significado. Con la misma raíz que cohesión, la coherencia facilita la necesaria unidad entre humanos, al desplegar un proceso donde cada paso se sigue de uno anterior pero no forzado, sino de manera natural y lógica.
Pensar con el corazón, el tema
base de VIDA COHERENTE, alude también a otros aspectos de nuestra experiencia en esta frecuencia de realidad que hoy los conocemos gracias a una gran cantidad de descubrimientos científicos realizados por muchos profesionales serios y conscientes. Aquellos científicos que han invertido décadas en estudiar este sorprendente órgano que late en nuestro pecho, han llegado a conclusiones realmente asombrosas.
El Heart Math Institute (Instituto Matemáticas del Corazón), con sede en California, Estados Unidos, fue el primero en medir el campo electromagnético toroidal que genera el corazón. Con cinco metros de diámetro en promedio, este inmenso toroide nos envuelve totalmente y, es por ello que el corazón es el que está en mejores condiciones para recibir o enviar energía directamente del Campo de Información Cósmica (CIC).
Campo electromagnético cardiaco.
En su libro, el Dr. Mc. Craty describe con precisión a que se refería cuando mencionó a una inteligencia superior más allá del tiempo y el espacio:
“A menudo hablamos sobre el “corazón intuitivo” y la “inteligencia del corazón”. Ambos términos se refieren a nuestro corazón energético, que se combina con una parte más profunda del Ser. Muchos se refieren a esto como sus capacidades superiores. Es lo que el físico David Bohm describió como nuestro orden implicado, dentro de una totalidad indivisible. Varios científicos notables han propuesto que tales funciones operan principalmente en un campo de frecuencias fuera del tiempo y el espacio y han sugerido algunos de los posibles mecanismos que rigen cómo pueden interactuar con los procesos biológicos.” [10]